miércoles, 24 de agosto de 2011

Huevos borgianos

En los años setenta Borges había hecho unas declaraciones muy duras contra el peronismo y contra Evita. Y empezaron las amenazas telefónicas, que era uno de los rasgos más habituales del folclore de aquellos días. Pero pronto los llamantes anónimos se encontraron con una doble resistencia inesperada: la de doña Leonor, casi centenaria, que les respondía que no les iba a ser difícil matar a su hijo porque era ciego y no había ningún riesgo de que se defendiese, y la del propio Borges, que les facilitaba la tarea indicándoles la dirección y el piso. 
Y añadía: "No se puede equivocar: en la puerta hay una placa que dice Borges. Y el que abre la puerta soy yo".
Fragmento extraído de la nota http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Maestro_de_la_sutileza_0_499150345.html

1 comentario:

  1. Jajajajajajaja!!
    Bueno... hasta yo, anti borges debo decir que esto es genial (aunque bien de forro, como era el, jajaja)

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